Recuerda los pasos previos a cualquier preparación: pesar la cantidad exacta, moler el café y precalentar los utensilios.
Pon el agua a punto de ebullición (normalmente entre los 90 y 92 grados). El punto adecuado es cuando le agua suelta el primer hervor; si el agua se pasa de la temperatura requerida, déjala enfriar un poco.
Vierte el café en la olla, apaga el fuego y genera una turbulencia.
Espera cuatro minutos para que el café se asiente y las partículas del café vayan al fondo.
Una vez pasados los cuatro minutos, retira la costra que se genera en la superficie.